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Para el curso Flipped Classroom del Intef se me pide una
reflexión final sobre lo aprendido a
lo lardo de los últimos 2 meses que ha durado el curso. Esta reflexión es el colofón a los posts que he ido publicando desde que comenzó el curso:
- Diario de aprendizaje Flipped Classroom 2
- Diario de aprendizaje Flipped Classroom 1
- Flipando con Flipped Classroom
- Dándole la vuelta al aula
Con respecto a mi último post me gustaría comentar que de 3 compañeras del curso recibí feedback para mi proyecto flipped de final de curso, lo que me ha llevado a introducir unos cambios relativos al planteamiento de 2 fases del proyecto (las fases 6 y 8). Aquí está el proyecto que presenté y aquí el proyecto después de haberlo perfilado.
¿Qué he aprendido en este curso?
En primer lugar, este curso me reafirma en la convicción de que las clases no pueden estar centradas en el/ la docente y que se hace preciso encontrar fórmulas más acordes con la idea de que no hay aprendizaje (y si lo hay resulta escaso o aburrido), mientras no sea el alumnado el que esté tomando un papel activo en el aula.
Así mismo he conocido el concepto de nivel SAMR, o tipología para reflexionar lo que aporta el uso de las tics en las actividades de aula. Este concepto me parece, como he comentado ya en el anterior post, de vital importancia para utilizar las tics con cabeza en el aula y no de modo gratuito.
Además, y como ya he dicho en un post anterior, he conocido alguna herramienta que me ha gustado, como el muro virtual Padlet, que facilita mucho el trabajo colaborativo. El punto fuerte de los cursos del Intef es que reúnen a docentes de toda la Península y se aprende mucho trabajando colaborativamente.
También he aprendido el concepto de gamificación en el aula y aunque realicé con bastante escepticismo (por razones que comento aquí) la tarea de gamificar la búsqueda de información para no encontrarse con el panorama de que el alumnado no ha realizado los deberes de acudir a las fuentes webs, me he dado cuenta de que es útil pensar en opciones para no tener el consabido marrón.
Finalmente, he vuelto a encontrarme nociones que también juegan un papel importante en Aprendizaje basado en proyectos (ABP). Me refiero en concreto a la taxonomía de Bloom, taxonomía que empecé a conocer en el curso ABP del Intef de la convocatoria del 2013. He de decir que ha sido en este curso donde me he dado cuenta de su importancia y significado.
¿Cuáles son los puntos oscuros con los que me he encontrado?
Así mismo tengo un poco de caos en lo que respecta a las diferencias entre cada una de las llamadas Metodologías innovadoras en el aula y por el momento me contento con haber captado su esencia común: la de convertir al alumnado en protagonista de su aprendizaje.
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Por otro lado, llevaba tiempo escuchando el concepto Flipped Classroom y esperaba
algo verdaderamente distinto a lo que en muchas aulas se viene haciendo hasta
ahora. Sin embargo, he aprendido que, si bien el curso me ha gustado, el concepto de Flipped Classroom no alberga nada verdaderamente revolucionario que me
haga cambiar mi docencia de modo radical.
Si lo he entendido bien, la esencia de invertir la clase es que el alumnado visione la teoría en sus casas, dedicando el tiempo en el aula a la resolución de dudas y a las actividades verdaderamente creativas para el alumnado. Con esto, el alumno puede adaptar el visionado a sus necesidades, volviendo a ver los vídeos con las explicaciones tantas veces como fuera necesario en su casa, teniendo en clase un papel activo y protagonista. Este planteamiento lo comparto sin duda alguna plenamente. Sin embargo, reflexionando sobre sus implicaciones, me han surgido las preguntas siguientes: ¿Podemos aplicar este plantemiento de modo satisfactorio para todas las asignaturas?, y en consecuencia: ¿Es este planteamiento válido para la enseñanza de idiomas?
En cuanto a la primera pregunta, pienso que el planteamiento es válido para las asignaturas en que se sigue una metodología deductiva: se introduce primero la regla y en un segundo lugar se aplica la regla.
En cuanto a la enseñanza de idiomas, hace años se enseñaba de modo deductivo, pero desde que triunfó el método comunicativo se impuso el procedimiento inductivo: al alumnado se le proporciona un input en forma de textos hablados o escritos y son ell@s mism@s quienes van creando sus propias reglas sobre cómo funciona el idioma en cuestión. Esto me lleva a contestar la segunda pregunta: creo que el Flipped classroom tiene sentido en clase de idiomas, pero en la vertiente de seguir favoreciendo la metodología inductiva y el aprendizaje por descubrimiento: El docente pondría a disposición del alumnado el material audiovisual necesario para que luego sea en clase donde los mismos alumnos compartan en el pleno de la clase su formulación de las reglas gramaticales pertinentes.
Así mismo, en lo que respecta sobre todo a los niveles medio o avanzado de competencia del idioma, los profes de idiomas ya venimos invirtiendo la clase desde hace tiempo cuando proporcionamos a nuestro alumnado vídeos o textos de la web para que en clase se hagan presentaciones o debates sobre esos temas. Mis experiencias al respecto se pueden leer aquí.
Si lo he entendido bien, la esencia de invertir la clase es que el alumnado visione la teoría en sus casas, dedicando el tiempo en el aula a la resolución de dudas y a las actividades verdaderamente creativas para el alumnado. Con esto, el alumno puede adaptar el visionado a sus necesidades, volviendo a ver los vídeos con las explicaciones tantas veces como fuera necesario en su casa, teniendo en clase un papel activo y protagonista. Este planteamiento lo comparto sin duda alguna plenamente. Sin embargo, reflexionando sobre sus implicaciones, me han surgido las preguntas siguientes: ¿Podemos aplicar este plantemiento de modo satisfactorio para todas las asignaturas?, y en consecuencia: ¿Es este planteamiento válido para la enseñanza de idiomas?
En cuanto a la primera pregunta, pienso que el planteamiento es válido para las asignaturas en que se sigue una metodología deductiva: se introduce primero la regla y en un segundo lugar se aplica la regla.
En cuanto a la enseñanza de idiomas, hace años se enseñaba de modo deductivo, pero desde que triunfó el método comunicativo se impuso el procedimiento inductivo: al alumnado se le proporciona un input en forma de textos hablados o escritos y son ell@s mism@s quienes van creando sus propias reglas sobre cómo funciona el idioma en cuestión. Esto me lleva a contestar la segunda pregunta: creo que el Flipped classroom tiene sentido en clase de idiomas, pero en la vertiente de seguir favoreciendo la metodología inductiva y el aprendizaje por descubrimiento: El docente pondría a disposición del alumnado el material audiovisual necesario para que luego sea en clase donde los mismos alumnos compartan en el pleno de la clase su formulación de las reglas gramaticales pertinentes.
Así mismo, en lo que respecta sobre todo a los niveles medio o avanzado de competencia del idioma, los profes de idiomas ya venimos invirtiendo la clase desde hace tiempo cuando proporcionamos a nuestro alumnado vídeos o textos de la web para que en clase se hagan presentaciones o debates sobre esos temas. Mis experiencias al respecto se pueden leer aquí.
Para terminar, en el aprendizaje de idiomas es indispensable acudir a vídeos
(documentales, películas) para aprender no solo el idioma sino también
cuestiones de sociedad de los países donde se habla el idioma objeto de
estudio. Cuando no había internet y los vídeos solo los tenía el docente
se veían los vídeos en clase conjuntamente, pero cuando el material
audiovisiual estuvo al alcance de todo el mundo, dejó de tener sentido
hacer venir al alumnado a clase de idiomas para ver unos vídeos que
podían ver cómodamente en sus casas. Así que cambió la dinámica de clase de modo automático:
los vídeos se empezaron a ver en casa y después se tematizaban en clase. No sé si esto quiere decir que los docentes que enseñan así ya llevan tiempo haciendo Flipped
Classroom sin saberlo... :-))
Bueno, esto es lo que pienso con los conocimientos y experiencias que en estos momentos tengo a mi alcance. Y esto es lo bueno de escribir un diario con reflexiones: que dentro de un tiempo lo vuelves a leer y entonces te da cuenta de en qué modo ha cambiado tu perspectiva con respecto a lo que escribiste.
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